Las elecciones no pueden resolver el problema de gobiernos corruptos o ineficientes. No por ser electo limpiamente y por mayoría un gobernante es capaz de ejercer el poder adecuada, ética, eficientemente. Más que una vía para seleccionar buenos gobernantes, los comicios son un mecanismo para remover a gobernantes deficientes. Sin embargo, ¿qué hacer cuando los candidatos de todos los partidos son percibidos por los ciudadanos como deficientes? ¿Cuándo las opciones electorales que se presentan son consideradas por los electores como inaceptables?
En los últimos meses, emergió en el país un movimiento por la anulación del voto en los comicios del 5 de julio en donde se disputaron 1505 puestos de elección popular – para diputados federales, gobernadores, alcaldes, diputados locales, asambleístas y jefes delegacionales en 10 estados de la República y el Distrito Federal- en los que contendieron 14,992 candidatos (Véanse los cuadros 1 y 2).
El llamado a la anulación del voto surge inicialmente de entre las filas de ex panistas, políticos-empresarios y ex colaboradores del gobierno de Fox con experiencia en movimientos ciudadanos, y de activistas sociales. En marzo, Gabriel Hinojosa Rivero, ex panista, de familia panista, primo hermano del presidente Calderón, ex presidente municipal de Puebla, empresario en el ramo de las TICS, dueño y director de Ábaco Computadoras para Negocios S.A. y dirigente del movimiento gobierno de segunda generación, lanza en Puebla la campaña “Tache a Todos” (tacheatodos.blogspot.com).[1] El 22 de mayo, se suma al movimiento la organización “Para políticos nulos, votos nulos”, encabezada entre otros por Carlos Páez Agraz un ingeniero civil de 41 años con experiencia en consultoría para organizaciones no gubernamentales, con la campaña “Anulo mi Voto”[2] a la que posteriormente se suma “Votar en Blanco”, promovida por Luis Alberto Bolaños, colaborador cercano de Vicente Fox, ex coordinador de Internet de Los Pinos y actual administrador de internet del Centro Fox y Vamos México (www.votaenblanco.org.mx).
En pocos días el movimiento se extiende por internet a través de los sitios de redes sociales como Facebook, Hi5, Myspace o Twitter, de blogspots y de páginas electrónicas. En el blogspot yovotoporquienquiera.blogspot.com un grupo de jóvenes autodeclarados “apartidistas” y “no empresarios” llama a participar en un “boicot electoral” y a votar por algún ídolo, artista o escritor favorito muerto y a que “a partir del pretexto del voto nulo” los ciudadanos se conozcan, reúnan, debatan y se organicen. En Facebook, Eduardo Castañeda de Guadalajara crea el grupo Abstención/Voto Nulo que al 9 de junio tenía 766 miembros.[3] El Colectivo Mexicanos al Grito de Guerra integrado por jóvenes grafitteros, artistas, diseñadores etc. y el Grupo de Acción Revolucionaria proponen en www.grupodeaccionrevolucionaria.cjb.net adjuntar a la boleta electoral una copia de una carta dirigida a los “Representantes de los partidos políticos mexicanos y/o a quienes corresponda” en la que se lee:
Me presento el día de hoy a hacer valer mi derecho ciudadano y en cumplimiento de mi obligación cívica de emitir mi voto. Voluntaria y concientemente he decidido ANULARLO. Lo anulo puesto que todas la ofertas que se presentan han faltado a sostenerse sobre valores éticos, porque han demostrado anteponer los intereses de grupo y –pero aún- los de los individuos que se postulan, al bienestar de quienes pretenden representar. Sus pobres resultados, sus constantes muestras de ineficiencia en el ejercicio de gobernar, aunados a los innumerables hechos de indignante corrupción me impiden elegir a alguna entre ellas.[4]
A título individual, Germán Petersen, estudiante del ITESO y ganador del primer lugar del Certamen de Ensayo Político 2007 de Instituto Mexicano de la Juventud, invita en su blogspot a debatir sobre la conveniencia de anular el voto en las próximas elecciones.
De manera paralela, en la prensa conocidos especialistas en materia electoral se expresan a favor de acudir a las urnas y emitir deliberadamente un voto nulo. El 18 de mayo uno de los hombres de negro, el reconocido investigador del CIDE José Antonio Crespo, escribe en Excélsior a favor de la anulación del voto. Semanas después, el 3 de junio, otro hombre de negro, el prestigiado académico del COLMEX y defensor de los derechos humanos, Sergio Aguayo, publica en el periódico Reforma una artículo titulado “La Esperanza” en donde hace eco de la invitación de la organización civil Propuesta Cívica de Guanajuato a votar por “Esperanza Marchita” y señala “Si los candidatos no me convencen, anularé mi voto escribiendo en la boleta el nombre de Esperanza Marchita”.
A estos llamados se unen unos días después, los de algunos políticos renombrados como Dulce María Sauri, ex dirigente nacional del PRI, es gobernadora de Yucatán, ex diputada y senadora, quien a través de una serie de cuatro videos en YouTube, el 8 de junio invita a los ciudadanos a anular su voto. Por su parte, Marco Rascón, ex presidente del PRD en el D.F, ex diputado federal, ex dirigente del movimiento urbano popular convoca a participar en una consulta ciudadana paralela a las elecciones el 5 de julio para “una Reforma del Estado que garantice, entre otros, el derecho ciudadano a ser votados como candidatos independientes, y fije nuevos criterios para gastos de campaña y distribución de prerrogativas a los participantes en los comicios”.
Los medios impresos dan visibilidad al movimiento. El semanario Proceso titula su número 1700 del 31 de mayo “La otra campaña” y exhibe en su portada una boleta electoral anulada. Por su parte, el diario El Universal, dedica la primera plana de su edición del viernes 5 de junio al tema, con el encabezado, “La clase política, contra voto nulo” y anuncia la organización por parte del IFE de un debate público sobre el tema. Dos días después, el periódico Reforma dedica el número 791 del suplemento dominical Enfoque al tema, con artículos de fondo y entrevistas a académicos, funcionarios y ex funcionarios electorales, y directores de revistas especializadas en asuntos electorales, quienes se pronuncian tanto a favor como en contra del movimiento.[5]
El ataque a los partidos políticos y a la clase política en general hace que de manera excepcional y en un principio, éstos cierren filas y expresen una oposición unánime al movimiento, aunque después aparecen las primeras voces disidentes. Algunas organizaciones acuerdan acciones para promover el voto pero el contramovimiento parece no tener eco.[6] El IFE anuncia diversas medidas para contrarrestarlo, pero sin mucho éxito. Las campañas electorales de los 12,000 candidatos que debido a la emergencia por la influenza habían comenzado muy descoloridas, no logran captar la atención de los ciudadanos. Entre otras cosas, porque como resultado del movimiento, una parte significativa del debate público se traslada a otro espacio, el electrónico, en donde los partidos políticos tienen poca presencia, pues las campañas son en las calles y veredas, no en la red. Por otra parte el movimiento desplaza el debate del eje de los candidatos al de la anulación. La pregunta ya no es ¿por quién vas a votar? Si no, ¿vas a anular tu voto?
Llamar a la anulación del voto en un contexto socio político caracterizado por la desconfianza ciudadana hacia los partidos políticos – siete de cada diez mexicanos confían poco o nada en los partidos políticos; por la percepción generalizada de que nuestros representantes legislativos actúan según sus intereses o los de sus partidos, más que a los intereses de los ciudadanos – tres de cada cuatro encuestados expresan que los diputados y senadores toman más en cuenta sus propios intereses o los de sus partidos al elaborar las leyes; y por ciudadanos indecisos -66% no sabe (o no responde a la pregunta) por qué partido inclinarse, es a la vez sorprendente y esperable. [7]
Sorprende la naturaleza de la protesta, su carácter pacífico, la utilización de la vía institucional más que contenciosa. No se llama a una resistencia civil contra las elecciones, tampoco se convoca a participar en marchas, mítines, plantones o bloqueos carreteros, como sucedió en Argentina cuando el desencanto con la clase política y los efectos de la crisis económica se combinaron de manera explosiva. El llamado es a votar por un candidato ficticio o a anular el voto de cualquier otra forma. Asombra la capacidad de la sociedad civil para distinguir actores de instituciones y procesos pues se invita a la población a participar en el proceso electoral, a no abstenerse, a cumplir con el deber cívico de acudir a las urnas, pero para anular el voto deliberadamente. Es también sorprendente, la capacidad de convocatoria de los promotores, así como su heterogeneidad, pues participan desde ciudadanos ajenos a la política, hasta ex militantes de partidos –fundamentalmente de Acción Nacional-, pasando por académicos e intelectuales y hasta políticos! Llama la atención la participación de los jóvenes y el carácter nacional y descentralizado del movimiento, pues muchas de las principales acciones de promoción surgen en el interior del país, incluso en estados de la República en los que no se celebran elecciones este año. Finalmente, destaca la construcción del movimiento sobre la base de las redes sociales por Internet, los blogspots, las páginas electrónicas y los portales, así como lo heterogéneo de su composición y la fuerza de la identidad ciudadana como elemento de aglutinación.
No sorprende el descontento, el hartazgo y la decepción con los representantes y los partidos políticos sean éstos del color que sean porque todos han demostrado en los hechos que al momento de gobernar exhiben las mismas prácticas de corrupción y patrimonialismo, así como la misma falta de capacidad para gobernar éticamente, eficaz y eficientemente, y para anteponer el interés general a sus intereses particulares. Sin embargo, vale preguntarse si las urnas son el mejor escenario para protestar, si el voto nulo es el fin o sólo “un pretexto” para otros fines, si el problema son los candidatos o las instituciones, si debe abrirse la representación política a otros actores no partidistas, como ya es el caso en Ecuador en donde es posible contender en los comicios en nombre de una organización de movimiento social, o a las candidaturas independientes, y si esto por si sólo modificaría las prácticas que tanto molestan a la ciudadanía o si, por el contrario, tendría que complementarse con otros cambios institucionales. Preguntarse también sobre la vida interna de los partidos, los procesos de selección de candidatos, la disciplina partidista, la rendición de cuentas y la reelección de nuestros representantes. Cuestionarse la conveniencia de incluir la opción de voto nulo en las boletas electorales, y de adoptar fórmulas electorales tanto para la designación de ganadores como para el financiamiento de los partidos que tomen en cuenta el total de votos sufragados y no sólo los votos válidos, como actualmente lo hacen.
Finalmente, no podemos eludir interrogarnos sobre el lugar del voto nulo en las democracias contemporáneas, caracterizadas por una diferenciación estructural que afirma la coexistencia de diferentes modos de articulación y agregación de intereses y de procesos de toma de decisión, y por una crisis de representación política. El movimiento por la anulación del voto puede ser interpretado como un indicador de que la crisis de los partidos políticos que ha sido vista por algunos especialistas como de carácter funcional y no institucional, empieza a mostrar rasgos expansivos. Según Bartolini y Mair, las funciones de los partidos pueden ser divididas en dos grandes grupos: las funciones de representación y las institucionales. Las primeras comprenden la articulación y agregación de intereses, así como la formulación de políticas públicas. El reclutamiento de líderes, la organización del poder legislativo y el ejercicio de gobierno corresponden a las segundas.[8] Votar por Esperanza Marchita, Blue Demon o por mi abuela recientemente fallecida, es una señal de alarma con respecto al desempeño de las funciones institucionales de los partidos, pues indica fallas tanto en su función de reclutamiento como de organización del poder legislativo.
La inclusión en la agenda pública de éstas y otras cuestiones habrá sido uno de los logros del movimiento, las argumentaciones a favor y en contra, así como las propuestas son responsabilidad de cada uno de nosotros.
Cuadro 1
Total de puestos de elección popular por nivel de gobierno y entidad federativa julio 2009 |
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Estados | Ayuntamientos | Diputados Mayoria | Diputados R.P | Gobernador | Diputados Federales de Mayoría | Diputados Federales de Representación Proporcional | TOTAL |
Campeche | 11 | 21 | 14 | 1 | – | – | – |
Colima | 10 | 16 | 9 | 1 | – | – | – |
Distrito Federal | 16 | 40 | 26 | – | – | – | – |
Estado de México | 125 | 45 | 30 | – | – | – | – |
Guanajuato | 46 | 22 | 14 | – | – | – | – |
Jalisco | 125 | 20 | 20 | – | – | – | – |
Morelos | 33 | 18 | 12 | – | – | – | – |
Nuevo León | 51 | 26 | 16 | 1 | – | – | – |
Querétaro | 18 | 15 | 10 | 1 | – | – | – |
Sonora | 72 | 21 | 12 | 1 | – | – | – |
San Luis Potosí | 58 | 15 | 12 | 1 | – | – | – |
TOTAL | 565 | 259 | 175 | 6 | 300 | 200 | 1505 |
Cuadro 2
Total de candidaturas por nivel de gobierno y entidad federativa julio 2009* |
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Estados | Candidatos Ayuntamientos** | Candidatos Diputados Mayoría Relativa | Candidatos Diputados Representación Proporcional | Candidatos Gobernadores | Candidatos a Diputados Federales | Total de candidatos por puesto de elección popular |
Campeche | 88 | 168 | 112 | 8 | – | – |
Colima | 80 | 128 | 72 | 8 | – | – |
Distrito Federal | 128 | 320 | 208 | 0 | – | – |
Estado de México | 1000 | 360 | 240 | 0 | – | – |
Guanajuato | 368 | 176 | 112 | 0 | – | – |
Jalisco | 1000 | 160 | 160 | 0 | – | – |
Morelos | 264 | 144 | 96 | 0 | – | – |
Nuevo León | 408 | 208 | 128 | 8 | – | – |
Querétaro | 144 | 120 | 80 | 8 | – | – |
Sonora | 576 | 168 | 96 | 8 | – | – |
San Luis Potosí | 464 | 120 | 96 | 8 | – | – |
TOTAL | 4520 | 2072 | 1400 | 48 | 4000 | 12040 |
TOTAL CON SUPLENTES | 4520 | 4144 | 2800 | 48 | 8000 | 14992 |
Fuente: elaboración propia
**Los cálculos están hechos sobre la base de que los ocho partidos contendientes presentan candidatos de manera independiente.
*Se consideran únicamente las candidaturas para presidente municipal sin incluir las de síndicos y regidores.
Notas
[1] Este movimiento plantea como solución a la crisis de representación de los partidos políticos un movimiento ciudadano desde el nivel más elemental del gobierno. Tiene por objetivo crear gobiernos municipales integrados por ciudadanos sin filiación partidista, respetando el criterio de 50% hombres y 50% mujeres y que no perciban honorarios por su trabajo, cuya prioridad principal sea la ciudadanía. La propuesta retoma parcialmente experiencias exitosas de participación ciudadana a nivel local como la del presupuesto participativo en Porto Alegre, Brasil, así como la bandera del EZLN de “mandar obedeciendo”. Véase Sergio Aguayo Quezada 17-oct-2007 en http://eluniversal.com.mx/primera/32438.html.
[2] La campaña es presentada conjuntamente por Bernardo Jaén, presidente del Congreso Ciudadano, Gabriel Torres Espinoza, académico y directivo del Ciesas, y Carlos Páez, de “Ciudad para todos”, www.informador.com.mx, consulta realizada el martes 10 de junio a las 11:07 hrs.
[3] Consulta realizada el lunes 9 de junio a las 23:47 hrs.
[4] Consulta realizada el viernes 6 de junio a las 14:20 hrs.
[5] Se publican entrevistas a José Antonio Crespo investigador del CIDE, a Jorge Alcocer, director de la Revista Voz y Voto, a la politóloga María Amparo Casar y al ex presidente del IFE José Woldenberg, así como un artículo de Alejandro Moreno del Reforma y del Consejero Electoral del IFE Marco Antonio Baños. Véase también la columna de Manuel Gómez Granados del 7 de junio en Crónica.
[6] “Algunas organizaciones acordaron acciones para promover el voto. Verónica Sánchez. Reforma, 4 de junio del 2009.
[7] Resultados de la cuarta edición de la Encuesta Nacional Sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas de la Secretaría de Gobernación.
[8] Bartolini Stefano y Peter Mair. 2001. “Challenges to Contemporary Political Parties,” en Political Parties and Democracy. Baltimore: The Johns Hopkins University Press.
Comentarios de los miembros del Seminario México
Helena Varela. Universidad Iberoamericana.
La campaña desatada a favor del voto nulo/blanco se ha convertido en uno de los temas centrales del proceso electoral. Los argumentos a favor y en contra han llenado páginas de periódicos y espacios de programas de televisión y radio, analizando hasta qué punto un movimiento como éste es o no democrático. Ligia Tavera aborda de forma interesante el tema, poniendo nuevamente el acento sobre el hartazgo de un sector de la población que ya se cansó de políticos ineptos e incapaces de dar respuestas y encontró una nueva forma de movilización ciudadana.
Sin embargo, creo que una vez más estamos pecando del mismo defecto: reducimos nuestro papel como ciudadanos al momento electoral. Estamos enojados y hartos de los políticos “nulos,” pero en realidad, nada en el proceso electoral, ni aquí ni en ningún país, nos garantiza que los políticos que serán nuestros gobernantes, habrán de dar respuestas a las demandas de la sociedad. La única manera de lograr esto no es en el día de las elecciones, sino precisamente entre elección y elección, exigiendo a la clase política que rinda cuentas, y demandando que se acabe la impunidad y la corrupción. Más allá de si anulamos o no nuestro voto, la ciudadanía se construirá en la medida en que no permitamos que nuestros gobernantes hagan lo que quieran, sin importar las consecuencias. Para eso se requiere mucho más que el voto nulo.
Jorge Cadena-Roa. CEIICH-UNAM.
A mí no me gusta la idea del voto nulo. Fueron muchos años de luchas ciudadanas y sociales para lograr que el voto fuera efectivo, como para que ahora no lo ejerzamos. Me da desconfianza que ésta sea una campaña que se inicia tan tarde y no esté orientada a abrir nuevas opciones, sino que se apoye en planteamientos próximos a la anti-política. Por otro lado, me produce suspicacia que varios de los promotores del voto nulo sean personajes cercanos al PAN y al expresidente Fox. No entiendo cuál es el propósito de esta campaña, pero se trata de grupos que, para decirlo coloquialmente, no dan paso sin huarache.
Me inquieta que el significado del voto nulo se construirá después de las elecciones y que, en consecuencia, puede usarse por igual para pedir la incorporación de nuevos mecanismos de participación ciudadana, para la creación de nuevos partidos, o bien para señalar que la nueva legislatura es ilegítima y cuestionar su capacidad de impulsar reformas, o peor aún para ser usada con una orientación antipolítica. Aunque el voto nulo sea muy grande no tendrá consecuencias sobre la asignación de curules en la próxima legislatura, sobre el financiamiento de los partidos ni tenemos garantía de que alguno de éstos levantará sus banderas.
Me gustaría que la campaña por el voto nulo estuviera orientada no sólo a generar o demostrar descontento, sino también a proponer soluciones claras, viables y apoyadas ampliamente. Me gustaría que estuviera asociada con una agenda mínima que incluyera procedimientos de rendición de cuentas, reformas electorales que aseguren una mayor participación ciudadana, quisiera de las recomendaciones de las comisiones de derechos humanos sean de observancia obligatoria, que la Suprema Corte tenga mayores facultades jurisdiccionales, es decir, me gustaría que el voto nulo tuviera una intencionalidad explícita. Finalmente, hay que considerar a quién podría beneficiar el voto nulo, porque si bien puede mostrar descontento con los partidos políticos, de todas maneras los votos válidos producirán ganadores y perdedores.
La campaña por el voto nulo beneficiará al partido que tiene el mayor voto duro, es decir, al partido que tiene seguidores que votan por él independientemente de lo que haya hecho, de lo que prometa hacer o de lo que ofrezcan sus contendientes. El partido que tiene el voto duro más grande es el PRI, seguido del PAN y el PRD. ¿A cuánto asciende el voto duro de AMLO? Según mis cálculos está por abajo del voto duro del PRD, pero se distribuirá entre éste, el PT y Convergencia. Así que la campaña por el voto nulo puede traducirse en una recuperación del PRI. Rara vez tiene uno la oportunidad de elegir entre opciones óptimas. Casi siempre elegimos entre sub-óptimos, casi siempre escogemos la opción “menos peor”. Esta vez, voto nulo incluido, no será diferente.
Miguel Ángel Valverde Loya. ITESM-CCM
El hecho de que exista una propuesta de esta naturaleza y que circule considerablemente en las redes sociales electrónicas, constituye una muestra de madurez y sofisticación de al menos una parte del electorado mexicano, que identifica una potencial (y polémica) manera de manifestar descontento con el sistema electoral y de partidos. Es posible que existan intereses o intenciones para tratar capitalizarlo de alguna manera, sin embargo, es difícil visualizar hacia dónde podría conducir, y el impacto o eficiencia del voto nulo parecen ser limitados, al menos en las actuales condiciones. De cualquier manera, se genera debate en torno a temas de participación y representación, lo cual es siempre saludable en una democracia.
* Artículo publicado en la revista Casa del Tiempo, Universidad Autónoma Metropolitana, época IV, núm. 21, julio de 2009.